Día tras día, todos nos movemos de un lado para otro sin parar. A veces nos desplazamos con calma, otras con prisa. Y si unas veces somos peatones, otras somos conductores. Cuando conducimos, debemos hacerlo siempre con seguro. Pero, ¿por qué? Para proteger a las personas que nos rodean y también a nosotros mismos. Para proteger a las victimas de los accidentes. ¿Y cómo protege el seguro a la gente?
¿Qué es lo que hace?
El seguro compensa los daños que causan los accidentes de tráfico. Daños como los gastos médicos, los días que la victima está de baja, las secuelas, y, si lamentablemente, la victima fallece, los gastos de entierro y el pago de una indemnización.
¿Y quién recibe esta compensación? ¿A quién ayuda el seguro?
A todos los perjudicados. A las victimas, y sus familias. El seguro atiende a todos pero, además, tiene en cuenta que cada victima es diferente, que sus circunstancias son singulares y distintas a las de los demás. Por eso, el sistema para valorar los daños que causan los accidentes de trafico es equitativo y a la vez diverso, porque se adapta a todos los tipos de familias con sus distintas circunstancias. Porque es un sistema flexible que beneficia a toda la sociedad. Esta ahí para respaldar a las victimas de los accidentes de trafico y ayudar a los que más lo necesitan. El seguro de automóvil cubre, en primer lugar, a más de 28 millones de conductores en España pero, en realidad, protege a todo el mundo. Si alguien se ve implicado en un accidente de tráfico siempre recibe el apoyo del seguro. Y eso es gracias a un sistema de valoración de daños personales equitativo y fiable, flexible y sostenible, que ofrece seguridad y confianza.
